Hospedaje en Bodega Chaglasian:. Es un pequeño hotel en la bodega, rodeado de viñedos y muy cálido. Además del hospedaje, tienen otras actividades que pude disfrutar, como una visita y degustación con el enólogo, quien nos hizo probar toda la línea de vinos desde tanques y barricas. Otra de las actividades estrella es el paseo a caballo por viñedos que finaliza con un asado bien mendocino. Y una de las que más disfruté fue una merienda abundante, rica y al sol, rodeada de viñedos.

Bodega Iaccarini: Una bodega cálida, con una visita completa y linda. En la degustación descubrimos grandes vinos y una atención hermosa por parte del equipo. Ofrecen una actividad sensorial para identificar descriptores aromáticos del vino, además de visitas y degustaciones, y un almuerzo con menú de asado riquísimo con vista al viñedo.

Bodega Argana: Acá encontré todo lo que me gusta cuando viajo a visitar bodegas: la atención de su propio dueño, Fabián, historia y vinos ricos. Aunque está un poco alejada del circuito de las bodegas, vale mucho la pena visitarla. Es pequeña, cálida y sus vinos te van a sorprender.

Bodega Ibarra: Una bodega familiar. Fuimos a cenar y compartimos la mesa con Edgar, uno de sus dueños. Comida rica, tradicional y abundante, ideal para maridar con sus vinos.

Bodega Cuadro Benegas: Llegamos a Bodega Cuadro Benegas, un lugar que tenía pendiente visitar desde hace un tiempo. Increíble cómo tanta historia entra en una bodega. Nos atendió Luján, quien nos contó sobre la bodega y sus vinos, para finalizar con una degustación en su sala de barricas que fue muy mágica.

San Rafael tiene mucha historia, mucha experiencia local, opciones para todos los bolsillos, degustaciones gratuitas, almuerzos y cenas con buena relación precio-calidad y una gran variedad de actividades dentro de los viñedos.